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  • Foto del escritorNatasha Drago Grisak

Análisis psicológico de la leyenda "El anillo del Rey"

Una vez, un rey de un país no muy lejano reunió a los sabios de su corte y les dijo: – “He mandado hacer un precioso anillo con un diamante, con uno de los mejores orfebres de la zona. Quiero guardar, oculto dentro del anillo, algunas palabras que puedan ayudarme en los momentos difíciles. Un mensaje al que yo pueda acudir en momentos de desesperación total. Me gustaría que ese mensaje ayude en el futuro a mis herederos y a los hijos de mis herederos. Tiene que ser pequeño, de tal forma que quepa debajo del diamante de mi anillo”. Todos aquellos que escucharon los deseos del rey, eran grandes sabios, eruditos que podían haber escrito grandes tratados… pero ¿pensar un mensaje que contuviera dos o tres palabras y que cupiera debajo de un diamante de un anillo? Muy difícil. Igualmente pensaron, y buscaron en sus libros de filosofía por muchas horas, sin encontrar nada en que ajustara a los deseos del poderoso rey.

El rey tenía muy próximo a él, un sirviente muy querido. Este hombre, que había sido también sirviente de su padre, y había cuidado de él cuando su madre había muerto, era tratado como la familia y gozaba del respeto de todos. El rey, por esos motivos, también lo consultó. Y éste le dijo: – “No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje” – “¿Como lo sabes preguntó el rey”? – “Durante mi larga vida en Palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una oportunidad me encontré con un maestro. Era un invitado de tu padre, y yo estuve a su servicio. Cuando nos dejó, yo lo acompañe hasta la puerta para despedirlo y como gesto de agradecimiento me dio este mensaje”.

En ese momento el anciano escribió en un diminuto papel el mencionado mensaje. Lo dobló y se lo entregó al rey. – “Pero no lo leas”, dijo. “Mantenlo guardado en el anillo. Ábrelo sólo cuando no encuentres salida en una situación”.

Ese momento no tardó en llegar, el país fue invadido y su reino se vio amenazado. Estaba huyendo a caballo para salvar su vida, mientras sus enemigos lo perseguían. Estaba solo, y los perseguidores eran numerosos. En un momento, llegó a un lugar donde el camino se acababa, y frente a él había un precipicio y un profundo valle. Caer por él, sería fatal. No podía volver atrás, porque el enemigo le cerraba el camino. Podía escuchar el trote de los caballos, las voces, la proximidad del enemigo.

Fue entonces cuando recordó lo del anillo. Sacó el papel, lo abrió y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso para el momento… Simplemente decía “Esto También Pasará”. En ese momento fue consciente que se cernía sobre él, un gran silencio. Los enemigos que lo perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino. Pero lo cierto es que lo rodeó un inmenso silencio. Ya no se sentía el trotar de los caballos.


El rey se sintió profundamente agradecido al sirviente y al maestro desconocido. Esas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a guardarlo en el anillo, reunió nuevamente su ejército y reconquistó su reinado.

El día de la victoria, en la ciudad hubo una gran celebración con música y baile…y el rey se sentía muy orgulloso de sí mismo. En ese momento, nuevamente el anciano estaba a su lado y le dijo: – “Apreciado rey, ha llegado el momento de que leas nuevamente el mensaje del anillo – “¿Qué quieres decir?”, preguntó el rey. “Ahora estoy viviendo una situación de euforia y alegría, las personas celebran mi retorno, hemos vencido al enemigo”. – “Escucha”, dijo el anciano. “Este mensaje no es solamente para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando te sientes derrotado, también lo es para cuando te sientas victorioso. No es sólo para cuando eres el último, sino también para cuando eres el primero”.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje… “ESTO TAMBIÉN PASARÁ” Y, nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba. Pero el orgullo, el ego había desaparecido.

El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Lo malo era tan transitorio como lo bueno. Entonces el anciano le dijo: – “Recuerda que todo pasa. Ningún acontecimiento ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche; hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

Análisis psicológico


Tanto la psicología como el psicoanálisis se han interesado en los cuentos, fábulas y leyendas. Es que la escritura siempre ha sido una vía de transmisión de mensajes, de enseñanzas y aprendizajes.


Freud ha elegido un sin fin de historias griegas para reflexionar sobre determinados conceptos/pilares de la teoría psicoanalítica, cómo también para explicar los compartimientos y formaciones inconscientes de la humanidad.


Hoy, un poco de causalidad y casualidad se entrecruzan dentro de los motivos que impulsaron esta reflexión. Primero porque este anillo existe, es un regalo que me hizo mi amiga Florencia Gri, una gran mujer, joyera y emprendedora, creadora de "Color de Flor: Joyería de autor" y que la pueden encontrar en las redes sociales como @joyas.colordeflor.

En segundo lugar, en una cena familiar, alguien observa mi anillo y con una sonrisa le digo su significado "Esto también pasará". Esta persona curiosa y conocedora de la historia me cuenta sobre esta hermosa leyenda. Inmediatamente pensé que tan acertado era este mensaje, en este momento tan duro que el mundo esta viviendo, y que esperanzador. Porque realmente cuando lo decís en voz alta, uno siente calma.


Asi inicio mi pequeña investigación, como ven el mensaje del anillo está escrito en hebreo "GAM ZU LETOVA" y refiere a que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Entonces todo lo malo y todo lo bueno que nos pasa es por nuestro bien. Todo lo que pasa es para bien o Esto también pasará. Las alegrías al igual que los dolores son aprendizajes, al igual que los cambios. Me pareció interesante discriminar entre el mensaje religioso y el análisis psicológico de la historia, que por lo que entiendo no se encuentra en ninguna escritura religiosa, por lo que no deja de ser una leyenda con un hermoso mensaje.


Esta historia habla sobre la aceptación de los sucesos que acontecen a nuestro alrededor y la posición que tomamos con respecto a nuestro bienestar emocional. ¿Te ha pasado de vivir una situación angustiante y sentir que será eterna? ¿Has sentido que no hay solución posible a determinado problema? ¿Te has sentido encasillad@ en una emoción sin poder tomar distancia para poder verlo de manera objetiva?


Nos han enseñado que lo podemos todo, que tenemos el control de todo lo que nos sucede alrededor. Y aunque a veces eso sea posible, no siempre depende de nosotros. Esto nos produce enojo, tristeza, angustia, rabia y mucha frustración. Estas emociones, conllevan una ceguera, una dificultad para tomar distancia de aquello que sentimos para verlo con más claridad. Nos quedamos pegados a la escena, intentando y padeciendo. Desgastándonos.


Esta bien que intentemos, que nos esforcemos, que tengamos una actitud activa para cambiar o modificar algo. Sin embargo también debemos aceptar cuando no se puede, cuando no depende de nosotros, porque eso implica "soltar" aquello que nos hace mal.


"Todo no se puede, como nada es para siempre." Somos movimiento, nada permanece para siempre. Nuestras emociones finalizan y permiten el ingreso de otras, como todo suceso tiene un fin, para dar lugar a nuevos capítulos en nuestra vida. La aceptación de estas dos variables, nos permite posicionarnos de una manera contemplativa y saludable, nos permite guardar energías para aquello en lo que si podemos hacer algo.


La pregunta son: qué aprendemos de cada situación, qué interpretamos con relación a nuestras emociones, qué podemos transmitir o poner en palabras, y qué actitud decidimos tener frente a la vida. "Esto también pasará" nos permite tomarnos una pausa para adquirir la tranquilidad o serenidad necesaria para dar lugar a lo próximo.


Hace un año que acontece en el mundo un virus que de manera individual no podemos frenar, no depende de uno dar fin a esta pandemia, SI podemos aceptar lo que sucede y aportar nuestro granito de arena cuidándonos y cuidando al otro. Pero más tarde o más temprano "esto también pasará"...


Escrito por la Lic. Natasha Drago Grisak




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